sábado, 23 de julio de 2016

Guayaquil es más que un malecón
No hay que olvidar que Guayaquil es más que un malecón, Guayaquil también es el barrio, los peloteros, el indor y el Ecuavolley en la calle, son los palos encebados, la sapada en la equina, y antes de que se prohibiera el Tour a Playas con los vecinos, las novenas con sus nacimientos vivientes.
Pero les contaré como es crecer en el Guayaquil profundo, lleno de carencias sí, pero lleno de vecinos solidarios, recuerdo cuando no llegaba el agua potable y a duras penas existían un tubos madres instalados sin la suficiente fuerza para salir por la ducha, así que el barrio y dado que se pagaban planillas  opto por romper en cada esquina en busca del líquido vital y llevar balde por balde hasta llenar lo de la semana, así pues estas equinas se volvieron el punto de encuentro para la señoras cotorrear y hasta ver una que otra pelea de las buenas, pero como me divertía llevar esa agüita y ver a las madres llenando la tina en la esquina.
Aquel tour del barrio en el autobús de la línea 117, madrugar a las 5 am y se embarcan los playeros ¡Vamos a la playa oh, oh, oh!, iban los bullosos por un lado, subían las empanadas, el huevito pasado café y la  infaltable la olla con el arroz con pollo, la jama para el almuerzo de los playeros, listo llegamos a Playas, alquila tu carpa con el barrio cerca y al agua hasta las 5pm, duchar y  llegar asado al punto de encuentro, embarca a Guayaquil se acabó la playa, échese leche de magnesia para esa quemada y con arena hasta en las orejas llegan los playeros al barrio y quienes nos reciben las pandillas ¡No puede ser! ¡La grandísima mierda! Dice un vecino, de un lado los burgos del otro los coquis, llueven las piedras los perdigones y  los insultos, a resguardarse y ver cómo llegar a casa. Cual comando pecho a tierra camina hasta la casa, alguien dice “para loco no vez a la profe” la profe de la nocturna chévere bacan shampoo, mi madre, y se da una tregua entre los pandilleros para que los playeros lleguen a salvo a casa “hasta luego profe nos vemos el lunes”, llegaste y el infierno se desata afuera pero ya estas a salvo en casa.
Como no hablar de aquellas tardes en que sales a jugar con los amigos del barrio, las rondas con el achaquicarambachaqui, mantatirutirula, el ángel con la bola de oro y el diablo con los 7000 cachos, cada tarde los panas de barrio con su “déjenlo salir un rarito a jugar” y el carnaval con “tírenlo a la posa”, uno no podía aburrirse y todo eso sin internet, creciendo con los que hoy son padres y madres en el barrio.
Y de la navidad que puedo decir, cuando se  arman las novenas a cantar villancicos y ver desfilar a los pastorcitos, aún recuerdo nuestros éxitos con mi burrito sabanero, noche de paz, anton tiruliru liru, y el dulce Jesús mío. Presentaciones en casa o simplemente en plena calle, sin mayor escenario para los artistas del barrio. Hubo una navidad en que nos íbamos a presentar en el portal de una casa, sin traje por falta de presupuesto apenas las puritas ganas nos dijeron que una sobrina de nuestra maestra que estaba en la sinfónica llegaría a acompañarnos con su violín, y ¿Qué se acerca? un furgón y ¿Quiénes bajan? ¡Oh no puede ser es la orquesta sinfónica! Y baja el Chelo, violines, flautas y cuanto aparato. Enmudecimos de la impresión, pero ahí nos lanzamos y claro infaltable la sapada, que gran emoción.
Estos pequeños artistas se atrevieron ir a la casa de la Cultura a una audición, con su representación de la Mariposa y el Colorado, Yo la Mariposa y mis amorfinos, algo de danza, el pago un paseo por el parque Centenario y un pan Baguette, ¿Cómo se puede ser feliz con tan poco?.
Cuanta belleza en ver el al sol caer en el estero y mirar sobre los techos de las casitas del barrio, en salir a la tarde y ver el jardín de la abuela con la verdolaga, galán de noche, la peregrina, y mi favorita las buenas tardes.
No se trata de llenar a sus hijos de Tablet o caprichos se trata de que les den experiencias de vida, de eso se trata de la vida, de salir a jugar, caminar o simplemente conversar el portal de tu casa y tomar el fresco en el implacable calor de Guayaquil. Después de todo de eso de tratar vivir en Guayaquil ganar poco y gozar mucho.

Leila

No hay comentarios: